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Sentimientos de Mónica Tiezzi en el recorrido ArteBa

ArteBA es mucho más que una feria: es un punto de encuentro para coleccionistas, galeristas, artistas, curadores y público general. Es una celebración de la diversidad del arte contemporáneo, un espacio para descubrir nuevas voces y fomentar el diálogo. 

Para la artista visual Mónica Tiezzi, recorrer ArteBA fue mucho más que una visita a una feria. Fue un reencuentro con su propia esencia. Al ver la potencia creativa y los lenguajes de sus colegas, se sintió parte de un gran abrazo colectivo que la reafirmó en sus convicciones. En medio de la diversidad, se encontró a sí misma, reconociendo en el talento de otros un eco de su propia voz interior y la certeza de que su arte, nacido desde la verdad, está en el camino correcto.

Para Tiezzi, Recorrer ArteBA 2025 fue una experiencia profundamente movilizadora. Aprovechamos su recorrido para preguntarle sus sensaciones.

 ¿Qué sentiste en Arte BA? ¿Qué impulso le dio a tu arte?
“Ver tanta potencia creativa, tantos lenguajes distintos conviviendo, me hizo vibrar. Sentí que estoy donde tengo que estar, que el camino que elegí —el de la energía, la autenticidad, el gesto libre— dialoga con lo que está ocurriendo hoy en el arte contemporáneo. Fue como un espejo: me encontré en muchas obras y también me vi desafiada. Volví a casa con el alma llena y una certeza interior que me impulsa a seguir creando desde lo más profundo de mi ser. Sí, voy por el camino correcto.” 

“Sentí que mi arte tiene un lugar. No por encajar, sino por resonar. Por ser fiel a mi impulso, a ese motor interno que me guía cada vez que me pongo frente al lienzo. Ver tanta diversidad expresiva, tanto riesgo, tanto sentir desbordado en formas, colores y texturas… me emocionó. Porque eso es lo que yo busco cuando creo: conmover, transformar, invitar a mirar más allá.”

“ArteBA me abrazó y me desafió. Volví inspirada, reafirmada, con la certeza de que estoy donde tengo que estar. Que este camino que elegí no solo es el correcto, sino que es inevitable. No podría vivir de otra manera. Porque para mí, el arte no es una elección: es mi forma de estar en el mundo.”

¿Qué te provocó ArteBa mientras avanzabas en los pasillos de la feria?
“Mientras avanzaba por los pasillos de ArteBA, me sentía parte de algo más grande: una conversación colectiva donde cada artista deja una huella, una vibración única. Observé obras que hablaban de lo íntimo, de lo político, de lo ancestral y lo contemporáneo, todo entrelazado en un mismo tiempo. Y comprendí que el arte no tiene una sola forma de manifestarse, pero sí una sola condición: nacer desde la verdad.”

“Ahí confirmé que la pintura gestual, el dripping, ese lenguaje físico y emocional con el que me expreso, es también una forma de resistencia. Una forma de decir: ‘Estoy acá, esto es lo que siento, esto es lo que soy’. Me encontré con otras almas que, como yo, eligen el riesgo por encima de la fórmula, la intensidad por sobre lo correcto.

¿Una reflexión? “Después de recorrer cada sala, cada galería, me quedé un momento en silencio, sola, en un rincón. No necesitaba hablar; necesitaba sentir. Sentir cómo todo eso que había visto me atravesaba. Y ahí, en ese instante, me invadió una certeza tan simple como contundente: estoy haciendo lo que vine a hacer. Estoy honrando mi verdad. El arte no es solo lo que produzco, es lo que soy. Es mi forma de respirar, de ordenar lo invisible, de transformar lo que me habita.”

“En muchas obras reconocí esa pulsión con la que yo también trabajo: el impulso que no se piensa, que nace del cuerpo, de la emoción, del inconsciente. Me vi en el trazo de otros artistas, en la fuerza del color, en la decisión de romper estructuras. ArteBA fue, para mí, un espejo colectivo. Un reflejo de todo lo que arde en la escena artística actual —y también dentro mío.”

“Volví con más preguntas, pero también con más fuego. Me reafirmé en la búsqueda. Y aunque a veces el proceso es incierto, caótico, visceral… ahí está la verdad. No vine a pintar desde la comodidad, sino desde la entrega. Mi obra es energía en movimiento, es vida derramada sobre el lienzo. Y cuando esa vida vibra, cuando conecta con otros —como lo sentí en ArteBA— todo cobra sentido.”

“Hoy más que nunca sé que mi arte no busca complacer, sino provocar. Despertar. Conmover. Y si logra tocar una sola fibra en quien lo ve, entonces ya cumplió su misión. Yo sigo creando, sigo explorando, sigo eligiendo este camino que no es fácil, pero es profundamente mío. Y sí, lo reafirmo con el alma: voy por el camino correcto.”

Acerca de Mónica Tiezzi:
Nacida en Villa María, Córdoba, y de nacionalidad ítalo-argentina, es abogada y artista plástica con más de 20 años de trayectoria dedicada al arte como camino de expresión, transformación y conexión profunda. Su obra, inscrita en la abstracción contemporánea, se caracteriza por un uso emocional y simbólico del color, la luz y la textura, con una fuerte impronta sensorial y espiritual. Actualmente vive y trabaja en Buenos Aires. Su taller, ubicado en Central Park, Barracas, es un espacio de creación, encuentro e introspección, desde donde continua desarrollando una obra comprometida con el arte como vía de conciencia y transformación.

Más información: www.monicatiezzi.com